jueves, 28 de junio de 2007

Retratos: Sala de espera

Podías odiarla. No era difícil. Estéticamente, Ximena era todo lo que debía ser. Leía Cosmopolitan y veía Sex and the city. Sabía quien era Ferran Adrià y miraba películas de Gus Van Sant. Aunque si llegabas a conocerla, entendías que a pesar de todo, lo que más le gustaba era mirar comedias románticas. A mí al menos, me costó. En clases era crítica y en el patio podía ser muy pesada. Pero si te la topabas en su casa un domingo, usando un pantalón de buzo, con un cintillo sobre su cabeza y sujetando una taza de té, te quedaba claro. Ximena quería que algo grande le pasara. Quería un evento. Y los eventos, suelen ser accidentes improbables. Aunque nunca dejen de ocurrir. Por eso la espera. La vida que soñó, en algún minuto tendrá que comenzar.

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